viernes, 24 de septiembre de 2010

Te extraño

Estás aburrida, buscás un viejo e-mail, y equivocadamente ingresas a otro: boberías que en tiempos ingenuos guardabas, conversaciones interminables donde se prometían tiempos mejores, una visita, un viaje, besos, charlas, risas y excesos. Recordaste en un minuto tiempos que tenías enterrados en tu memoria, esperando a la más leve brisa para encimarse y aparecer. Te mostró ese viejo e-mail, letras rosas y verdes, un día en el que creíste vislumbrar la felicidad, en el que pensaste que por fin ese sueño de hace ya un par de años, iba a cumplirse, pero no. Hoy, después de demasiado tiempo sin intentar volver a escribir, lo hiciste, sin pensarlo, sólo sentiste la necesidad de volcar en un papel tantos sentimientos, esa cruel necesidad de saber algo de esa persona, de verla, sentirla, besarla, un contacto al fin, el saber que no es un teléfono o una computadora sin respuesta lo que los separa, es plantarse frente a ese ser y que todo vuelva a resurgir. ¿Casualidades de la vida el que se hayan cruzado dos personas, que se quisieron, se pelearon, volvieron a quererse, y terminaron separadas? ¿En verdad vivieron tantas cosas, para que todo termine en un camino de tierra donde volvieron a encontrarse casualmente, donde nunca mas vieron el brillo de sus ojos?
A pesar de los días, semanas, meses transcurridos, ¿seguís esperando la más mínima señal de que él te piensa, te extraña y te quiere tanto como vos a él? Nada hay por hacer, si él no da esa señal, vos vas a seguir igual, viviendo en tu mundo gris y de amores baratos, donde sólo ves en los demás sus ojos, su pelo, su altura tan particular, todo lo que guardabas dentro tuyo de él.

Juliett A.